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viernes, 24 de octubre de 2014

La Tribu, mis tribus de brujas.

Dedicado a mis amigas, mis hermanas del corazón, las brujas de siempre a quienes ahora a través de la distancia entiendo como mi tribu...




Una tribu es un grupo de personas, que comparten algo en común, tradicionalmente esto es el territorio en que habitan sin tener vinculos familiares necesariamente, los miembros de la tribu se organizan en jerarquias y funciones para operar como sistema apoyándose en las diferentes actividades para la subsistencia: caza, recolección, seguridad, crianza.

En las sociedades modernas, el concepto de tribu está en desuso, lo cambiamos por eso: sociedad, con implicaciones de ser culturas sofisticadas y evolucionadas en los modos de producción y vida, pero resulta que al cambiar "vivir en tribu" por "vivir en sociedad" hemos optimizado el desempeño los roles pero perdido el apoyo, es decir: ganamos en eficiencia pero perdemos en cooperación colectiva. Al hablar de tribu lo asociamos con culturas primitivas y desdeñamos las conexiones sociales y emocionales profundas derivadas de ese modo de asociación.

El término tribu y sus implicaciones sociales ha intentado ser rescatado por diversos grupos que promueven la crianza respetuosa, la maternidad-paternidad consciente, el parto humanizado y un sin fin de iniciativas que giran en torno a la familia y el desarrollo de los seres humanos desde su concepción naturalizando el instinto materno y la sabiduría ancestral de la maternidad (¿como en las culturas primitivas?) Mucho se ha hablado y estudiado al respecto.

Doy tanta vuelta para explicarme a mi misma como llegue a este post, luego de leer, compartir información sobre como funciona una tribu, llego finalmente a comprenderlo plenamente ahora que no la tengo presente. Como hija de emigrantes que fui en Venezuela crecí sin tios, sin primos y con un solo hermano al cual le llevo 7 años de edad... es decir: sin tribu. En torno a mi desarrollo no hubo grandes celebraciones ni tradiciones familiares, siempre entre dos culturas: la propia familiar (española) y la nueva que se iba incorporando a mi vida a través de conocidos, amigos de mis padres y amigos del colegio que a su vez era resultado de otras mezclas (venezolanas, italianas, colombianas, argentinas...)

El primer grupo que reconozco como tribu fue ese grupo Nascere, las familias que nos acompañamos en el proceso de sensibilizarnos con el parto y la lactancia. Nuestros hijos nacieron juntos y luego pasaron los casi 10 primeros años de su vida en conjunto, nos aconsejamos, nos apoyamos y nos acompañamos; nuestra amistad creció con ellos y con nuestras familias. Una amistad que siento incondicional, abierta y sin egoísmos, con respeto de las diferencias y  de lo que nos unía: la crianza de nuestros hijos.

Pero veo también ahora que mi vida ha estado repleta de tribus: mis compañeras de trabajo del colegio, cuantas cosas en común, ideas, conversaciones, cuanto apoyo y afecto nos hemos brindado, ese café compartido en la coordinación es tan parecido a la hoguera que reunia a las tribus tradicionales, en torno a ese ritual se resolvian problemas y se planteaban soluciones.


Las mamis de los compañeros de clase de mis hijos, entre palabras, discusiones, intercambio de tareas y proyectos escolares se creo entre nosotras lazos tan fuertes como la amistad que une a nuestros hijos. Nuevamente las diferencias entre nuestras personalidades se veían opacadas por algo mas intenso: los objetivos comunes.



Ahora siento con especial fuerza el poder de una tribu a la que ni siquiera conozco personalmente, esas mujeres que abren la puerta de su vida y su sabiduría a través de redes sociales, blogs, consejos y respeto, mis amigas #socialmoms, con las cuales tengo tanto en común sin saber de que color son sus ojos o que estatura tienen, mujeres con las que nunca intercambiaré un vestido, pero todos los días nos regalamos  pensamientos e ideales asociados a un mundo sin violencia construido a través de la crianza y el afecto. No las voy a mencionar porque me quedarían por fuera muchas, muchas de ellas.

Lo que he aprendido a través de todas mis tribus me hace valorar otra, una muy especial para mi: mis amigas de la universidad, que viviendo en lugares distantes, tomamos nuestro cafe whasappero, amigas que luego de experimentar juntas las locuras de la juventud, nos reunimos ahora virtualmente para hablar de nuestros hijos, nuestros proyectos, nuestras esperanzas. La vida es un ciclo, y casi 20 años después de conocernos nos reencontramos para ser mas cercanas que nunca.

Volver al orígen de mi vida me lleva continuamente a reflexiones y sobre todo a agradecimientos, cada una de ustedes esta presente en mi cotidianidad; los amigos son la familia que se elige, y los amigos siguen presente en la distancia.

A mis amigas, a mis tribus, gracias por todo lo aprendido de cada una de ustedes, gracias por ser, por estar, gracias por continuar presentes en mi vida.

@mireiamenes