Hoy 6 de junio, hace exactamente un año que mi madre, mis hijos y yo aterrizamos en Asturias esta vez... para quedarnos; a lo largo de nuestra vida hicimos este viaje muchas veces, siempre con fecha de retorno y por eso nuestra llegada fue alegre; "volvimos" al país donde nacimos, pero volvimos a un país que no conocíamos para aprender muchas cosas: a comunicarnos, adoptar un estilo de vida, usar el autobús... y más.
Un año después, toca ver la aventura en retrospectiva y hacer balance, porque estamos aun muy lejos de encontrarnos "en casa" o sentir que estamos adaptados por completo;
Las relaciones
Por ejemplo para mi hijo de 10 años que hizo el 5to grado en España ha sido un proceso muy duro que aun no podemos considerar superado, el estilo académico es diferente, la receptividad de sus compañeros de clase no fue la mejor y aun hoy casi finalizando el curso, todavía se siente rechazado y no ha logrado hacer un amigo que pueda considerar como tal; como madre es una situación que me preocupa e inquieta.
Para mi, la situación es bastante parecida... al no tener un trabajo estable por suficiente tiempo no me ha sido posible conectar con personas al punto de desarrollar una confianza que nos permita reunirnos en momentos de ocio o charlar simplemente, lo mismo ocurre con los padres de los compañeros de mis hijos... el estilo de los españoles para relacionarse es muy diferente al de los latinoamericanos y esa barrera mi hijo y yo no hemos sido capaces de superarla.
La mas adaptada a esta nueva forma de vivir ha sido la peque, con 7 años inició el segundo grado acompañada de una maestra muy empática que logró integrarla con facilidad en el grupo y a las pocas semanas parecía que llevaba aquí toda la vida.
Las Renuncias
Mi hijos me han demostrado en este año que las renuncias materiales son fáciles: han pasado de tener una habitación con tv para cada uno a compartir espacio en una sola habitación y usar la TV que está en mi habitación; esta mudanza le hizo dejar muchos objetos, juguetes, libros. Tengo que admitir que en ese sentido han llevado la situación mejor que yo.
Las otras renuncias no son tan llevaderas: los amigos, los espacios de socialización y... Papá, seguimos lejos de él y por lo pronto no parece cercano el momento de reunirnos otra vez; no hace falta que entre en detalles sobre lo que esta ausencia significa para nosotros.
El estilo de Vida
Aprender a conversar, a entender los chistes, a descubrir cuando te hablan en serio y cuando en broma, como se debe pedir el pan y el café, las rutas del autobús, usar el tren, vestirse en invierno; todo se va aprendiendo con los días y antes que te des cuenta sabes anudarte una bufanda o entender como es el clima con solo ver el cielo por la mañana; hace unos días un señor por la calle me preguntó una dirección y supe explicarle como llegar: ya no soy una novata!!!
Me sorprendo al darme cuenta que 18 grados ya no significa frío y que en Asturias hace bueno" cuando no llueve aunque tampoco haga calor; aprendí a usar zapatos cerrados y paraguas, y mi percepción de las distancias cercanas y /o lejanas también ha cambiado después de mucho caminar por la ciudad.
Las ganancias
Por encima de lo evidente: seguridad, salud, educación y todo eso; prefiero pensar que hemos ganado en fortaleza, en adaptarnos; creo que he crecido mucho en estos doce meses, mi paciencia y mi tolerancia han aumentado y sobre todo mi capacidad de entender al otro y poner las cosas en perspectiva. Valoro mucho la rapidez de los trámites legales, la atención de la salud pública, los eventos culturales y recreativos a los que tenemos acceso, todo eso enriquece nuestra experiencia.
El balance
Nos faltan muchas cosas, pero sobre todo una: Papà, cuando mi esposo este con nosotros lo tendremos todo... de momento vamos viviendo con lo que tenemos y con lo que nos falta, pero viviendo cada día al máximo.
No estaba muy inspirada para escribir este post porque la nostalgia me inunda, pero no quería dejar pasar la fecha sin hacer un pequeño balance.
dejando todo lo que es nuestro sentir, nuestra vida en Venezuela, es muy enriquecedora la vida como extranjera, como emigrante: experiencias únicas y desarrollo y enriquecimiento invaluables. A veces me provoca darle las gracias a Chavez ( pero jamás lo haré, imposible reconocerle algo positivo a ese muerto) porque si no hubiese sido por él, seguiría en mi querida tierra, en mi zona de confort.Saludos mi paisana, y que tu chamo supere rápido el cambio, los amigos a su edad son lo más importante. Y a cualquier edad son muy importantes.
ResponderEliminar